Un curso de relaciones felices termina.
Aún me acuerdo de vuestro primer día de cole ¡Cómo llorabais algunos!
Carlitos dio un grito el primer día, cuando su abuela lo dejó en mis brazos, que no se me olvida. Se pasó las primeras dos semanas sentado frente a la puerta, "esperando a ver si viene mamá"
Sakariya no paraba de llorar, y tampoco me dejaba acercarme a él. Intentaba constantemente abrir la puerta para salir, así que nos pasamos una semana entera con el pestillo echado para evitar incidentes...
Mi buenísima Valentina vomitaba todos y cada uno de los días cuando se acercaba la hora del patio. Hasta que un día me dijo muy contenta "Seño, hoy no voy a vomitar" y yo la correspondí con un achuchón enorme.
Jose lloraba por lo bajito, no le gustaba hacer ruido ni que se fijaran mucho en él. Cada 5 minutos venía con el corazón encogido, pregutándome "Cuándo vienen las mamales"
Snizhana sólo lloró el primer día. Venía guapísima con su vestidito y sus dos trencitas. Se quedó conforme cuando su mamá habló con ella, pero apenas se movió de la silla en todo el día.
Jorge me tuvo preocupada algún tiempo. No quería jugar con los niños, ni hablar conmigo. Prefería quedarse sentado en su sitio, con cualquiera que fuera el juego que yo le ofreciera. ¡Quién me iba a decir que se iba a espabilar tanto!
De Pablo recuerdo especialmente el día de la reunión con las mamás y papás, antes de empezar el curso. Su mamá le dijo: ¡Mira Pablo, esta es tu seño! Y Pablo me echó una mirada de enfado, que aún me hace sonreír cuando lo recuerdo.
A la que más le costó adaptarse fue a Conchita. Cada día llegaba al cole envuelta en un mar de lágrimas, que se le secaban rápido cuando la cogía en brazos y le daba un beso. En los últimos días que estuve en el cole solía agarrarse a mi pierna y decirme "Seño, te quiero".
Para otros la adaptación fue más fácil. Noelia, Saúl, Nuria, Ali, Ismael... ellos entraban directos a los juguetes. Lo tenían claro, al cole se venía a pasarlo bien.
Han sido muchas cosas las que hemos pasado juntos este curso. Porque al cole no sólo se viene a aprender, sino que fundamentalmente se viene a convivir y, en definitiva, a vivir. Son muchas las cosas y, sobre todo, los sentimientos que se comparten.
Por mi parte cada curso es único y cada niño y niña también lo son. Es mucho lo que me dejo este año con ellos y siempre me acordaré de todos y cada uno, ya que el trabajo de maestra no consiste sólo en enseñar. No en vano he ejercido de médico (curando heridas, poniendo termómetros...) ;de costurera (pegando algún botón caído...) ;de psicóloga (consolando llantos inconsolables); de peluquera (haciendo trenzas y coletas...)
Pero también he asistido en primera fila a la consecución de muchos de sus primeros logros: primer trazo, primeras letras, primera vez que escriben su nombre...
La satisfacción que he experimentado al observar y ser testigo de cada uno de estos pequeños logros es algo que no se puede explicar con palabras.
Por ello me despido dando las gracias. GRACIAS por vuestro cariño, por vuestra motivación, por haber hecho que el curso merezca la pena.
GRACIAS Y ESPERO QUE PRONTO NOS VOLVAMOS A VER.
2 comentarios:
Muchisimas gracias a ti Seño por hacer de este curso dias inolvidables y de diversion,me lo he pasado tan bien que quiero ir al cole por la noche,sabados,domingos y en veran,pero mis papis dicen que no puede serque pronto estaremos otra vez,cuando termine la calor;en fin gracias por crear este blog y saber que hacemos en el cole cada dia,porque no lo actualizabas cada semana,lo actualizabas cada dia,por nuestra parte tienes matricula de honor.
besos,Jorge.
Muchas gracias guapísimo.
Con familias como la tuya da gusto hacer todas estas cositas. Es importantísima la participación desde casa y tu familia ha sido una de las más participativas.
Muchas gracias por estar ahí y apoyar todas las iniciativas que llevábamos a cabo en el cole.
Mil besitos.
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