Aunque antes de abrir su caja, nos advirtió de que las cosas que allí había eran de broma, para que no nos asustáramos. Y todos estábamos quietos y atentos para ver qué cosa nueva nos enseñaba.
Después hicimos unas tarjetas para llevarnos a casa, y unos días antes hicimos un mural de Halloween que colgamos en el pasillo, para que todos pudieran verlo.
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